En un contexto internacional volátil, el sector externo peruano ha ganado protagonismo en 2025 gracias a la mejora de los términos de intercambio y un superávit sostenido en cuenta corriente. Según el BCRP, los términos de intercambio aumentaron 16.4% interanual en el primer trimestre, impulsados por el alza del precio del oro, cobre y zinc. Esta mejora ha fortalecido la capacidad de pago externo del país y ha contribuido a un entorno macroeconómico más sólido.
El Banco Central ha revisado al alza sus proyecciones, previendo que en 2026 los términos de intercambio alcancen su nivel más alto desde 1950. Esta evolución favorable ha dinamizado la economía, que creció 3.9% en el primer trimestre, especialmente en los sectores primarios. Además, el comercio exterior muestra un crecimiento notable, con mayores exportaciones mineras y no tradicionales, así como un incremento del 19.2% en el comercio terrestre en los primeros meses del año.
El superávit en cuenta corriente —2.3% del PBI en el primer trimestre de 2025— refleja una mayor entrada de divisas por exportaciones, turismo y remesas. Este resultado no solo fortalece las reservas internacionales, sino que también indica que el país genera más ahorro del que necesita internamente, sin afectar la demanda. Se espera que este superávit se mantenga en 1.9% al cierre del año y repunte nuevamente en 2026.
Sin embargo, persisten riesgos relevantes: una posible desaceleración del crecimiento global, volatilidad en los precios de los metales, y tensiones proteccionistas podrían afectar la demanda externa y los términos de intercambio. Ante ello, se requiere mantener una política económica prudente y diversificar la base exportadora para asegurar la sostenibilidad del crecimiento externo y preservar la estabilidad lograda.